De cómo Schlomo devino en falasha y el mundo es lo que es
Dedico este post a mi tocayo
La semana pasada vi una excelente película, Camina sin mí, una coproducción de Francia, Israel e Italia que desgraciadamente ya sólo la exhiben en un puñado de cines. El título en francés es Va, vis et deviens (Ve, vive y devén), que como suele pasar no tiene mucho que ver con el título elegido para su exhibición comercial en México, aunque ambos son buenos.
Viendo esta película aprendí más sobre la hambruna en África, sobre la historia de Israel y sobre los falashas -judíos de raza negra que supuestamente descienden del rey Salomón y la reina de Saba, una de las tribus perdidas de Israel que apareció en Etiopía y que fueron rescatados por Israel en la operación Moisés, en 1985- que en tres años como editor adjunto de información internacional en El Universal de México.
Y no es que presentará algo que no conociera (intelectualmente) sino que me mostró el sentimiento y la compleja realidad humana que existe tras el saber conceptual de los hechos. La carne del esqueleto, pues.
En la vida de Schlomo (Salomón), el protagonista, confluyen biografía e historia, un cruce que según el sociólogo John Suart Mill es fundamental para poder comprender en plenitud la una y la otra.
Las casi tres horas que dura la cinta se me fueron como agua y pese a que constantemente muestra lo dura, durísima que puede ser la vida, me dejó un grato sabor de boca. Si pueden, vayan a verla.
1 Comments:
Como estás Gerardo: Tienes razón al mencionar la complejidad humana.
La individualidad tiene su precio y creo que lo pagamos con la infinita diversidad de formas de pensar. Lástima que en el conjunto de pensamiento propio de cada persona existan el egoismo, la avaricia, el odio etc. etc.
Como es posible la existencia de personas millonarias que ni varias generaciones suyas gastarían tal cantidad de riqueza no ayuden con un poco para mitigar tan cruel flagelo?.
La avaricia y la codicia son enfermedades y quien las padece no lo percibe?. Ojalá y los poderosos, los que con un poco de voluntad pueden ayudar lo hagan.
Nosotros los menos poderosos lo hacemos como con el teletón, donando el cambio al comprar algo en el supermercado y también cediendo un par de pesos en el cajero. Ojalá y la palabra hambruna desapareciera de nuestro vocabulario. Saludos
Publicar un comentario
<< Home